El síndrome metabólico es un conjunto de problemas de salud que constituyen para las personas que las padecen “factores de riesgo” de desarrollar enfermedad cardíaca y/o diabetes de tipo 2 (que se produce no por falta de secreción de insulina si no por resistencia del organismo a la acción de la misma).
Los principales factores de riesgo de desarrollar síndrome metabólico son: hipertensión arterial, nivel alto de glucosa en sangre, niveles altos de grasa en sangre (colesterol total, colesterol LDL –colesterol “malo”- y/o triglicéridos), bajos niveles en sangre de colesterol HDL (colesterol “bueno”), obesidad y exceso de grasa alrededor de la cintura, que puede darse incluso en personas sin sobrepeso. El síndrome metabólico como tal va precedido de lo que se llama síndrome metabólico premórbido (SMP), que se corresponde con aquellas personas que, presentando factores de riesgo, todavía no han desarrollado enfermedad cardiovascular o diabetes. El problema principal, es que muchas personas están en riesgo sin conocerlo ya que, en su inicio, la hipertensión leve o el aumento de los niveles de azúcar o grasa en sangre, no dan síntomas que el paciente pueda percibir. Por ello es importante la realización de chequeos periódicos que permitan establecer precozmente el riesgo.
Se estima que en España más del 30% de los adultos padece síndrome metabólico. De ellos el 16,9% padecen síndrome metabólico premórbido y el 22,7% síndrome metabólico claro. Afecta más al hombre hasta los 65 años, pero a partir de la menopausia la mujer, debido al déficit de estrógenos, se ve desprotegida y alcanza el mismo nivel de riesgo que el hombre. Incluso, a partir de los 65 años, el aumento de riesgo de padecer enfermedad coronaria es mayor.
Las causas más comunes son las que corresponden al desarrollo de los distintos factores de riesgo, que son principalmente: una alimentación inadecuada (rica en grasas y azúcares de absorción rápida, como la bollería), sedentarismo (falta de ejercicio habitual), genética (algunas personas tienen una tendencia hereditaria como el caso de las personas con hipercolesterolemia o diabetes familiar, etc.) y estilo de vida estresado.
La prevención es una clave fundamental para evitar su manifestación y para ello es esencial llevar un estilo de vida saludable basado en una alimentación equilibrada y en realizar actividad física regular. Uno de los parámetros que mayor incidencia tienen sobre el riesgo cardiovascular es la obesidad abdominal. De hecho en personas cuyo índice de masa corporal indica que están en un peso normal, un contorno de cintura por encima de 95 en los hombres y 82 en las mujeres, aumenta el riesgo cardiovascular. Un contorno de cintura aumentado puede llegar a multiplicar por 4 el riesgo de sufrir un infarto.
En las estrategias para evitar el sobrepeso y la obesidad abdominal, algunos extractos vegetales y otras sustancias naturales han mostrado su utilidad para mejorar o prevenir el SM, siempre, claro está, en el contexto del imprescindible estilo de vida saludable, con alimentación equilibrada y ejercicio regular.
Té verde
La infusión de té verde elaborada a partir de las hojas de la planta Camellia sinensis, es considerada como la bebida más consumida en el mundo. Originaria de China, la planta del té se cultiva en más de 30 países. En las hojas de té verde se encuentran una serie de sustancias de estructura química polifenólica que se conocen bajo el nombre de catequinas y entre ellas destaca la epigalocatequina galato (EGCG). Este compuesto tiene una potente acción antioxidante y además ha demostrado en diversos estudios que su consumo, asociado a una dieta adecuada y ejercicio, se ha relacionado con un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares al ayudar a mejorar los niveles de colesterol en la sangre y que su consumo durante las dietas para reducir el sobrepeso, mejora los resultados que se obtienen con la dieta sola tanto en la pérdida de peso como en la disminución del contorno de la cintura.
Regaliz
También cierto extracto de la raíz de regaliz (Glycyrrizha glabra) es rico en sustancias polifenólicas. Recientemente un extracto registrado de la raíz de regaliz (Glavonoid®) con el que se han realizado varios estudios, ha sido incluido por la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea (EFSA) como ingrediente para “nuevos alimentos” y complementos alimenticios. Este extracto es rico en sustancias de tipo polifenólico y se ha propuesto y aceptado como ingrediente para suplementar la dieta de los pacientes obesos. El efecto de los flavonoides de regaliz en la dieta, ya había sido observado en ratones y en seres humanos, pero hasta ahora la principal fuente de regaliz se presentaba en forma de dulces, lo que ocasionaba un aumento de calorías y reducía los potenciales beneficios en el control de peso. Este extracto proporciona una concentración de los flavonoides de regaliz en forma libre de calorías y por lo tanto es un vehículo adecuado para suministrar estos polifenoles en la dieta. Los resultados de los estudios muestran que puede ayudar a reducir la acumulación de grasa abdominal, lo que resulta esperanzador y, aunque son necesarios más estudios, apunta a su utilidad en personas con riesgo de síndrome metabólico.
Otros complementos alimenticios útiles para la prevención y control de factores de riesgo de síndrome metabólico.
Dos complementos alimenticios destacan en la ayuda a la dieta y el ejercicio para mantener controlados los lípidos de la sangre (colesterol y triglicéridos). El aceite de krill y la levadura de arroz rojo.
Aceite de krill. El aceite de krill (crustáceo del antártico parecido a un camarón que se alimenta de microplacton de algas) cuando es de buena calidad, aporta ácidos grasos omega-3 en forma de fosfolípidos, con mejor absorción y aprovechamiento que los que proceden del aceite de pescado. Un hecho diferencial es que el aceite de krill no solo disminuye los triglicéridos sino que también tiene un efecto interesante sobre el colesterol HDL (colesterol “bueno”) y LDL (colesterol “malo”), aumentando el HDL y disminuyendo el LDL. El efecto sobre el HDL no se observa con la suplementación de aceite de pescado, como se ha demostrado en diferentes estudios. La hipótesis que se baraja para justificar por qué el aceite de krill tiene este efecto sobre el HDL podría ser su contenido en astaxantina que es un antioxidante muy potente, aunque es importante decir que la astaxantina solo se mantiene en el aceite de krill cuando este se ha ultracongelado en el momento de la pesca y se extrae en frío con procedimientos adecuados.
Levadura de arroz rojo. La levadura de arroz rojo, es una levadura que fermenta el arroz y que en Japón y otros países asiáticos se ha utilizado desde hace siglos como alimento, como medicamento tradicional, e incluso para la fabricación de vinos y licores. Esta levadura contiene unas sustancias llamadas monacolinas que son precursoras naturales del fármaco lovastatina una estatina utilizada para bajar el colesterol. La levadura de arroz rojo contiene además otras sustancias llamadas flavonoides que tienen una acción muy beneficiosa, antinflamatoria y antioxidante, en esta levadura es el conjunto y la sinergia de sus componentes la que es eficaz para ayudar a reducir los niveles de colesterol. La Agencia de Seguridad Alimentaria Europea (EFSA), ha informado que la levadura de arroz rojo, en combinación con dieta adecuada y estilo de vida cardiosaludable, podría ser una buena ayuda complementaria para mantener los niveles de colesterol en personas con niveles ligeramente elevados de colesterol total y LDL y también, bajo supervisión médica, en aquellas personas para las que las estatinas no están indicadas debido a una posible intolerancia o por sus efectos secundarios.
Prof.ª Mª José Alonso Osorio
- Licenciada en Farmacia por la Universidad de Barcelona.
- Diplomada en Fitoterapia por la Universidad de Montpellier.
- Especialista en Farmacia Galénica e Industrial.
- Director Técnico y responsable de desarrollo de productos en Industria Farmacéutica (1972 a 1985).
- Farmacéutica comunitaria (desde 1985 hasta 2004 como titular y copropietaria, desde 2010 como substituta a tiempo parcial).
- Profesora y tutora en Máster y Postgrado de Fitoterápia UB - IL3 (Universidad de Barcelona)
- Profesora colaboradora en Máster de Nutrición y Salud, UOC (Universitat Oberta de Catalunya)
- Vocal de la Junta de Gobierno de la Sociedad Española de Fitoterapia.
- Miembro del Comité Científico de INFITO (Centro de Investigación sobre Fitoterapia).
- Socia de la AEEM (Asociación Española para el Estudio de la Menopausia)
- Académica correspondiente de la Real Academia de Farmacia de Cataluña.
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